Contaré como es que aconteció:
Un tanto harto del estres que estúpidamente se acumula por represión de las bajas pasiones y los vicios, decidí liberarme de él con aquella botellita de vino que sobró de las que nos dieron en el avión de regreso a México, como 250mL de felicidad morada invadieron mis sentidos y me relajaron tanto que sentí que pude haber desvelado... (estúpido pensamiento mal ejecutado por mi parte).
Eran las 3 am y la introducción de las bacterias estaba casi lista, pero mi organismo resintió la abstinencia de Etanol en cuanto se vació la pequeña botella verde. Decidí pues, ingresar 750mL de la sustancia morada que lleva a la felicidad... Perdí mi navaja multiusos y el sacacorchos con ella... Era imposible destapar semejante cosa, pero la necedad guiada por la nueva necesidad acabó por vencer a la razón y estuve más de 2 horas intentando destrozar ese vil conglomerado de celulosa.
Intenté con un cuchillo, tenedor, bisturí, aguja de disección, pinzas y.... NADA
Es así como Un vil pedazo de celulosa me apartó de 750mL de felicidad.
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