Antes, quiero referir que con el "Pendejo" me refiero a una persona y no a un simple e insulso vello púbico, pues en dado caso, habría escrito "pendejo" y no "Pendejo". Entonces comienzo:
Yo, que humildemente besaría la mano de tu padre en señal de completo sometimiento, despojado de arrogancia y soberbia, juraría solemnemente amarte para toda la eternidad...
No sin antes aclarar una cosa: No seré El Pendejo de una Puta; con esto me refiero a que mi Honor, será impecable, que jamás permitiré que ni siquiera tú, la estrella de mi vida con su luz y aurora divina, será capaz de someterme al ultraje de mi Honor.
Si dejas de quererme, tendrás que decirlo. No guardarás secreto alguno y perdón recibirás... pero si a voces lejanas encuentro pruebas de engaño, no guardaré la mínima compasión.
Antes debes de saber que incluso ante ésta peculiar situación, mi razón será vencedora y alejarme de ti me ordenará... pero cuidado si me buscaras, pues mi ira llena de rencor enfrentaras.
Y si aún me amaras, aún cuando tengas otro amante y con esto, pensaras que yo llegara a perdonarte, equivocada estarás, pues lo más lógico que mi rencor me dicte es el de clavar hierro en el corazón de aquel ladrón que se atrevió a despojarme de tan hermoso tesoro, pero no sería lo único... por haber cedido, amada mía, enfrentarías la peor de las burlas, comiendo en banquete y mesa fina, a aquel que un día gustaras, para darme cuenta si es que en verdad lo querías o solo fuesen tuyas las habladurías.
Imagina: Si te gusta el sabor, tendría en cuenta que lo disfrutarías como a aquel que tanto gustaste y si le repugnas... sería muestra del verdadero amor que tuvieses.
Sin embargo, también debes saber que soy complaciente, que soy un fiel sirviente y que he de cuidar y amarte siempre.
Sé que eres la más hermosa joya que hombre sobre el cosmos podría encontrar jamás y que he de sentirme muy afortunado de tenerte; también sé que cuando tú, cansada quizás de mi, me digas que sea mejor partir, no he de sentirme mal o triste, solo tendré que ser feliz por haber tenido algún momento a la más hermosa joya que pudo alguna vez existir.
Entonces, ese día, podría sacrificarme sin temor a nada, sin temor a ti
podrán las gotas de mi sangre color carmín conocer la tierra y nutrirla con mi alma, para que el mundo se de cuenta lo importante que eres para mí.
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