Locura de mi alma, soberbia de mi vida

¿Sólo ésto es lo que somos?

¿Sólo ésto es lo que somos?
¡No para mi!
¡¡Somos ADN, sí, pero somos una organización genética distinta, un conjunto de moléculas en un órden específico y medida para poder ser nosotros, un contexto, un ambiente, una armonía, una vida!!

Somos parecidos pero con una diferencia infinitesimal entre cada humano de 2^8000 y luego a contar las demás especies...
Estas diferencias son tan hermosas... por eso estudio Biología y escribo Poesía.

Las bases científicas de lo que arriba afirmo, las pondré en una entrada posteriormente.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Mascota


Desde que tuve memoria, recuerdo siempre haber padecido al infortunio de esas manos brutas, de esas manos sucias, torpes y grandes que bruscamente sometían mi cuerpo a los más toscos mimos. Siempre fue así, no recuerdo ni una sola ocasión diferente.
Sin embargo, pese a lo muy difíciles de soportar, esos tortuosos mimos eran auténticas demostraciones de cariño; demostraciones burdas y groseras... pero a fin de cuentas, auténticas, auténticas y llenas de un amor incomprensible.
Es que era idiota, no comprendía la realidad, mi amo no distinguía lo bueno de lo malo, para él no existían esas cosas, simplemente hacía lo que quería, sus opciones eran limitadas, nunca aprendería nada más, mi amo sería por siempre libre del "orden" y de esa falsa moral  en la que viven las personas grandes.

Recuerdo sus carcajadas, sus ojos inexpresivos transformarse en chispas centelleantes de curiosidad con cada aullido de dolor, uno se acostumbra al dolor, aunque lleva tiempo.
Al principio no comprendí, era muy joven entonces, estaba en una caja y después de asomarme para mirar mejor donde estaba, sentí un golpe tan fuerte en la nuca... al recobrarme miré que esa mano tosca,  negra, sudorosa venía de nuevo... y la mordí. Un gran estruendo, ruido, temblé, estaba paralizado de terror, luego sentí un dolor insoportable en mi cara... el tiempo que pasé sin comer y estar encerrado rodeado de una profunda obscuridad  me llenaron de terror, extrañaba a los demás.

Me acostumbré a mi amo, comprendí que él sería siempre incapaz de comprenderme, tenía que comportarme como la gente grande, le tenía que tener consideración especial o de lo contrario la gente grande vendría a lastimarme y el dolor que ellos provocaban era siempre mayor al que me veía obligado a soportar.

Así fue mucho tiempo, hasta que cierta vez, recuerdo que me asusté demasiado, había sangre... no era mía, estaba en las manos y brazos de él, me asusté, seguramente me culparían a mi, como siempre lo hacían, temía enfrentarme de nuevo a la vara, a quedarme sin comer... Pero no pasó nada, las personas grandes vinieron a limpiar lo que quedó embarrado en el suelo y eso fue todo, él siguió sonriendo y  jugando. No comprendí nada.
Otras veces pasó lo mismo, terminé por dejar de inquietarme, incluso a veces lamía la cálida y brillante sangre, dejábamos huellas rojas en el piso y después yo las limpiaba, dejando mi pelo de un color canela, fue una época muy feliz para mí.

Recuerdo bien aquel día fatal, estaba echado en el piso, esperando la hora de la comida, jugaba a mordidas con mi pequeño y andrajoso amo, no había ni una persona grande, entonces tuvimos sed, mi amo y yo fuimos a la cocina a buscar un poco de agua, la puerta del patio estaba abierta, a veces, cuando tenía oportunidad, iba yo a beber y mojarme en la pileta, se me ocurrió...  en el tronco viejo estaba la sangre de un pollo recién muerto, jugamos un rato, pero la sed nos hizo buscar agua nuevamente, nos dirigimos a la pileta, el torpe no alcanzaba y tuve que jalarlo de sus ropajos hasta el agua, comenzamos a beber, sin embargo, en un descuido o quizá jugando el idiota se arrojó al pozo del agua.

Recuerdo mi desesperación... la suya... aullamos... no podía alcanzarlo me arrojé para intentar sacarlo pero poco a poco se fue haciendo pesado, se fue hundiendo, se quedó quieto, dormido.

Todo esta bien me dije, se quedó dormido, las personas grandes lo sacarán y lo recostarán en su cama, lo despertarán para la hora de la comida y volveremos a jugar como siempre.
Me quedé echado a la orilla del pozo, mirándolo dormir, esperé a su lado.


jueves, 17 de noviembre de 2011

Elixir de reyes


-¿A dónde vamos papá?
-Ahh... te lo he dicho como un millón de veces, iremos a la Tierra
-¿Y cómo es allá?
-Pues como te dije las mil millones de veces anteriores, es un planeta azul, el tercero que orb...
-..ita una estrella amarilla llamada Sol,  y tiene un gran satélite natural llamado Luna.
-¿Ves? Te lo sabes de memoria ¿Porqué insistes en hacerme repetir? Sujeta bien tu equipaje.
-Es que no me imagino como es allá... No imagino la noche, no puedo imaginar que el cielo se obscurezca, no imagino la Luna, no imagino el cielo azul, no imagino el Sol, no imagino tantas cosas... Me da un poco de miedo.
-Descuida, dicen que es un planeta hermoso, abundante en vida, muy distinto a nuestro hogar, pero se que nos encantará; no olvides nada, estamos por abordar.

-Papá ¿Quién descubrió la Tierra?
-No recuerdo el nombre... Es una historia algo vieja, mi abuelo me solía contar que fue un piloto espacial que estaba triste, estaba muy triste porque temía morir, un día tomó su nave y decidió navegar hasta los confines del universo, (o de la galaxia, más bien) quería saber como evitar que transcurriera el tiempo, quería conseguir la inmortalidad, quería ser eterno.
En su travesía, vio muchas estrellas con sus planetas, las conocía bien, cuando pasó por la gigante roja Irkalla, visitó a los sabios Ninhursags, pero no le supieron responder a su pregunta: ¿Cómo conseguir la inmortalidad? prosiguió cercano a la estrella Atrahasis donde se encuentra el planeta de los salvajes Elish,  siguió más allá del límite conocido en aquella época, se desvió del eje de la espiral justo donde está el sistema binario aislado, siguió sin rumbo fijo, escuchó por primera vez las estrellas que cantan, ahí donde los asteroides hacen crujir las naves de los incautos que permanecen mucho tiempo escuchando.

Su nave fue dañada por los asteroides, pero ni aún así su curiosidad se vio aminorada, ya no quería la inmortalidad, quería encontrar nuevas maravillas, presentía que había una joya escondida...
Tres ciclos estuvo encerrado, en la obscuridad del espacio... cuando un día descubrió la luz amarilla de una estrella, una estrella tan rara... y unos planetas gigantes de gas girando alrededor.

Otros tres ciclos le tomó llegar a esos gigantes, cuando notó en el detector algo que le llamó la atención, como una muralla, un cinturón de asteroides rodeaban cuatro pequeños planetas sólidos y a la estrella.
Pensó que la colocación de esos asteroides era obra de alguna inteligencia aún no descubierta, una inteligencia no conocida que ponía ahí los asteroides a manera de defensa.

Pasó el cinturón y descubrió casi frente a él a un singular planeta, que tenía por satélite a otro un poco más pequeño...la Luna, y el planeta principal era azul, blanco, verde... el satélite era blanco.

Llegó hasta allá, se presentó ante los diminutos terrícolas y los hizo sus amigos, luego de eso partió para informar de su descubrimiento. Pero cuando regresamos con nuestras naves y tecnología, los terrícolas ya habían casi desaparecido a causa de las guerras. Se extinguieron... los pocos que fueron encontrados, estaban muy enfermos o viejos y poco nos pudieron revelar sobre sus secretos de su enigmática cultura.
Sin embargo, el planeta se recuperó pronto gracias a nuestra tecnología y aunque no pudimos revivir a los terrícolas, muchas formas de vida fueron restablecidas.

-¡Me agrada mucho esa historia papá!
-Sí, a mi también.

-Oye papá... ¿Qué es sangre-humana?
- No lo sé hija ¿Porqué?

-Es que en la revista que está sobre mi asiento dice: "Al llegar a la Tierra no puedes dejar de probar la sangre humana, un elixir de reyes"

-Mmm... elixir de reyes, suena bien, llegando a la Tierra iremos a probarla, por ahora duerme, aún falta un largo trecho, te despertaré cuando lleguemos a las estrellas que cantan.




lunes, 7 de noviembre de 2011

Recuerdo


Un joven, tiene en sus manos una pluma, bebe café escribe y lee, hace todo a la vez, pero no se concentra...
A su costado hay dos personas, una pareja, hombre y mujer jóvenes. Él recargado en la pared, admirando la belleza de su compañera, escuchando en silencio, mientras contempla los ojos expresivos de su amada.
Ella habla, mueve las manos, hace ademanes, gestos, a veces con furia, a veces con ternura, tiene una mezcla increíble de emociones, está enojada y feliz, enamorada y triste, ahora grita y luego corre. Ella, mientras habla, establece las condiciones del juego, con la mirada le dice al tipo de enfrente "no te sobrepases" mientras con la voz le susurra al oído "respétame".

El tipo de enfrente sigue absorto en los ojos de su compañera, le ama, sabe que ella también lo ama, sabe que cualesquiera que sean las condiciones él ha ganado, él será feliz, él podrá amarla al fin.

El joven que está con su café, con su libro y con su pluma, desea no estar ahí, no puede huir, tiene que soportarlo, intenta no mirar de reojo a la pareja, no importa que la ame a ella, en vano intenta seguir escribiendo, volver a leer. Aún inútilmente intenta convencerse que existirá otra oportunidad, sabe que la ha perdido, su mujer ideal está irónicamente a su lado y muy lejos de su alcance.

El joven tiene la vista fija en un punto lejano, pero sigue mirando de reojo a la chica que tiene a su lado; no pone atención a lo que ella dice, escucha el tono de su voz, quisiera ser la inspiración de ese tono enamorado; no le interesa lo que ella tome con sus manos, quisiera ser quien recibiera caricias de esas manos...

Recuerdo bien a aquél pobre y triste joven, lo recuerdo perfectamente bien... Era yo.

sábado, 22 de octubre de 2011

Los Anillos de Saturno


Una antigua leyenda de los saturnianos, civilización en muchas formas más avanzada que la nuestra, cuenta cómo aparecieron los anillos de su natal planeta.

Cuando los primero hombres de saturno, recién formados a partir del suspiro helado del interior de aquél planeta, aún no existían aquellos tan característicos anillos. Los dioses, fascinados ante su nueva y frágil creación animaron a los hombres a ser hombres de ciencia, a aprender la música y a construir templos para su adoración.

Los hombres aprendían cada vez con más rapidez y se mostraban día a día más inteligentes, construían ciudades delicadas, hechas del viento helado y construían templos gigantescos en nombre de sus creadores. Los dioses estaban más que satisfechos y contentos, hacían apuestas sobre el nuevo mejor templo, la mejor inovación artística.
Poco a poco, los hombres adquirían tal destreza y creatividad, que sorprendían a los dioses con cosas que incluso ellos no habrían podido imaginar. Al inicio, creaban cosas y criaturas que halagaran a los dioses, pero con el tiempo... se empezaron a mostrar incrédulos y altaneros hacia los dioses.
El burlón Shabbathai fue el primero en expresar abiertamente lo que todos empezaban a temer, lo dijo en un tono sarcástico que silenció las charlas y apuestas.

-¿Y... cuando los hombres, se conviertan en dioses, nosotros seremos sus... bufones?

El grande y fuerte dios Zuhal, miró a todos, en sus rostros se veía la preocupación ¿Qué pasaría cuando su obra los desplazara? ¿Eliminarlos? Imposible, eso sería incorrecto, además a las alturas del juego, los hombres podrían eliminar a sus dioses más fácilmente que ellos a los hombres.

El atrevido Zazel, hermano de Zuhal, tuvo la idea... Era muy simple, retar a los hombres a un duelo de creaciones; Si los dioses ganaban, los hombres volverían a ser humildes y se someterían a la voluntad de los dioses; Si los hombres ganaban, los hombres mandarían sobre los dioses.

Los hombres aceptaron de inmediato, de algunos dioses tuvo que convencerseles de muchas maneras; hasta que al final terminaron accediendo, después de todo, quienes mejor que los dioses, los creadores de los hombres.

Sólo un dios, Shaní, el que siempre juzga, dudó mucho, dudó incluso durante la obra, no estaba seguro...

Los hombres se apresuraron a construir seres alados, cantores y vistosos de colores, muy similares a nuestras aves terrestres. Pero no contentos y desafiantes, crearon unos, hermosas melodías, otros, esculpieron el hielo y crearon templos infinitamente pequeños y detallados dentro de cubitos de hielo.

Se acercaba la hora y los dioses aún no tenían nada que hacer... fue también idea de Zazel la de crear algo infinitamente hermoso, algo que hiciera suspirar a los hombres y llenarlos de pasión, ternura, amor... Algo que les hiciera recordar a los hombres, la inmensidad del universo...

Todos estuvieron de acuerdo, excepto, como era de suponerse, el dudoso Shaní... el temor le invadió su mente cuando Zazel dijo: Sacrificio.

Muchos otros dioses temieron también, pero Zuhal, les consoló diciendoles: "Si de todas formas somos derrotados, es mejor morir en tal empresa y dar lo mejor de nosotros que ser rebajados a bufones". El orgullo de los dioses pudo más, excepto en Shaní, en quien el miedo dominó.

-"Solo tenemos que construir un andamiaje alrededor del planeta, luego lanzarnos al abismo del espacio y crear una hermosa ráfaga luminosa en el cielo, todo esto, mientras estamos tomados de las manos formando una cadena, perderemos nuestra vida indvidual, pero crearemos un nuevo ser, un ser hermoso, irresistible a los ojos de los hombres".

Iniciaron la marcha, Shaní se rehusaba, consideraba imposible toda empresa.

-Shaní, debes creer, debes ser fuerte, debes sacar tu fuerza interior y derrotar las dudas, conviértete en nuestro hermano...

-Shaní, se acerca el momento de tomarnos de la mano, no temas a la muerte...

-Shaní, debes estar listo ya.... nos queda muy poco tiempo...

Pero Shaní, vuelto loco y temeroso, decidió escaparse, decidió dejar inconcluso el rompecabezas, no quería perder ni conocer otras vidas.

Se dieron cuenta los gemelos, los guardianes del día y la noche, lo capturaron, no lo golpearon ni torturaron, le hablaron con palabras de amor y lo amarraron a la cadena, Zazel, último por cerrar aquél circulo dijo que de salir bien todo, sería gracias a Shaní.

Se arrojaron al abismo tomados de las manos... caían al abismo... de pronto, una sensación extraña, como de hormigueo les recorrió el cuerpo, luego sus manos se deformaron, poco a poco su cuerpo perdió forma, era difícil reconocer las caras de los demás dioses.  En un momento de la caída, se detuvieron en medio de la nada y comenzaron a girar... comenzaron a resplandecer y poco a poco una serpiente dorada apareció en el cielo de Saturno.

"Una serpiente dorada que alumbrará las obscuras noches de los hombres, porque los dioses no estarán más para hacerlo".

Y esa es la leyenda de como los dioses dieron su vida, para realzar las virtudes de los hombres de Saturno.



jueves, 20 de octubre de 2011

You may be right I may be crazy

-¡No veo! ¡No puedo ver! ¡Alguien ayúdeme, me he quedado ciego! ¿Dónde estoy? ¿Porqué es ese silencio?
¿Dónde... dónde está mi familia? ¿Qué ha pasado? ¡Alguien responda!

A lejos se oía un murmullo... un ligero murmullo, como el de la gente que platica en voz baja en algún templo.

-¿Quién está ahí? ¡Conteste! Se lo pido por favor.

El murmullo se fue apagando poco a poco, y reinó un silencio que era interrumpido de vez en cuando por los lamentos de aquella voz desahusiada. Cuando al fin la voz quedó en silencio, mucho tiempo o quizá muy poco después se oyó una voz.

-Al fin ha dejado de importunarnos a todos... creí que nunca pararía, sinceramente ya me estaba irritando.
-Lo siento mucho... sabe usted, disculpeme, pero... no puedo ver, no se donde estoy...
-Nosotros nos encontramos en la misma situación que usted, tampoco sabemos donde estamos, solo estamos aquí...
-¿Cómo es eso posible.. acaso?
-¿Estar muertos?..  y luego de un suspiro, la voz continuó -Probablemente... La verdad es que no sabemos si estamos vivos o muertos, si estamos despiertos o dormidos y si a caso aquí transcurre el tiempo.

En ese momento otras voces se oyeron

-Hola, qué tal
-¿Ya está más tranquilo amigo?
-¿Cómo le va?
y otras muchos a lo lejos en un murmullo que se restableció.

La primer voz, asombrada calló un momento y prosiguió.

-Hola, gracias por sus saludos. ¿Cuántos son ustedes? ¿Cuántos estamos aquí?
-Nos hemos contado ya varias veces... pero es imposible saber el número, algunas veces nos contamos otra vez, sin darnos cuenta...

-Dígame amigo... ¿Se ha usted percatado que no su voz... no es su voz y que... no puede sentir sus manos, su boca... NADA?

Pasó un rato sin recibir respuesta... los murmullos seguían, aunque parecían ahora un poco más acalorados.

-Es verdad... no tengo ninguna sensación... que extraño... ¿Cómo puede ser posible?
-Antes de responderle, me gustaría saber su nombre
-Por supuesto, me llamo.... yo soy.... .... y la voz, nueva y tristemente suspiró.

La segunda voz que hasta ahora había callado, habló.

-Anímese, no hay razón para entristecerse,  la verdad es que ni para alegrarse ni para nada... pero esta es nuestra realidad, ya todos pasamos por lo mismo.

La tercera voz inquirió

-Y vaya que sí... a mi me pasó no hace mucho... ¿o si será mucho? Sabe amigo, que antes intentábamos medir el tiempo y enumerarnos... sin embargo... cuando estábamos a punto de conocer algo verdadero... sufríamos simple amnesia o algo similar, como si.... se nos borrase la memoria.
Ahora amigo, antes de que se entristezca más... Deje darle una razón para alegrarse, si bien no lo hará, al menos le parecerá interesante y después le responderé a ¿Cómo es posible nuestro estado aquí?

Muy bien... cierre los ojos... je, aunque no se si tengamos. Intente recordar la cara de sus seres queridos... no se esfuerce; intente recordar su hogar, sus posesiones.... ahora, seguramente se sentirá frustrado de no poder tener una imagen de ellos, pero si le digo que existen otras formas de recordar que nos habían pasado desapercibidas.

Ahora, recuerde como era respirar fuertemente e intente recordar a sus seres queridos...

-Capto una mezcla de olores, hay unos muy dulces...

-Intente lo mismo para su hogar...

-Huele a.... era algo.... me regresa a la memoria una sensación de bienestar con ese olor... es un bienestar y otra sensación... y creo que percibo unos... soniditos... son magníficos! pero no puedo ni repetirselos ni describirlos... son unos pequeños soniditos..

-Muy bien amigo... muy bien ¿ve ahora porqué no hay necesidad de entristecerse? Esos recuerdos son los únicos que aún percibimos, aunque no podemos transmitirlos ni imitarlos ni describirlos. Verá que le ayudarán mucho a sobrellevar la situación aquí. Además si usted lo desea, siempre puede sostener una charla con cualquiera que esté aquí, siempre hay alguien charlando...

Pasó un rato, nadie se atrevió a perturbar las sensaciones del nuevo compañero, esperarían a que hablara nuevamente. Hasta que al fin de un rato habló.

-Quiero que continúe, quiero que me diga lo que sabe de nuestra situación, por favor.

-Conocí a alguien... antes de esta situación claro, su recuerdo... es por un aroma peculiar... como de... una bebida, ¿recuerda que era una bebida? no importa. Ese alguien se que una vez me dijo que... quizá existiría un... universo... un espacio, pequeñísimo, infinitamente pequeño, donde existiría nuestra situación actual...  completamente diferente a nuestra situación anterior... es decir.... no se... teníamos manos, labios, un cuerpo, había un lugar donde dormir, un... suelo, sensaciones.... y que en ese infinitamente pequeño universo, no existirían muchas cosas de las que en el universo anterior si...

-Solo ideas... pensamientos

-Exacto... es por eso que tenemos recuerdos, pero aquí no tenemos sensaciones.

-Quizá usted esté en lo correcto ¿Sabe? You may be right...

-I may be crazy...- Inquirió la segunda voz que hasta ese momento no había vuelto a hablar, recuerdo esa sensación... le llamábamos música, la música era lo mejor.










domingo, 16 de octubre de 2011

Monique

Es curioso que recuerde aquél día tan bien, quizá de alguna forma, presentía que los intrincados y misteriosos hilos de mi destino finamente tejidos con quien sabe que fortuna, se entrelazarían de una aberrante y extraña manera con aquella simpática chica.
La verdad es que no le hablé, su belleza me deslumbró y me dejó sin habla por espacio de cuatro... quizá siete segundos, que eternos o cortos, aún no lo sé, fueron como pura iluminación divina; mejor sensación tuve al recibir una mirada suya como respuesta a la mía,que... si bien nerviosa, fue lo bastante agradable para decirme con el pensamiento:YEAH!
Y justo estaba en eso cuando un sujeto que corría en dirección hacia ella con un vaso de café... no tardó en arruinar aquél momento. Consideré que sería desagradable que su cerebro a la hora de recordar mi rostro en una ocasión próxima, lo relacionase con aquél momento y desaparecí.

Muy bien aquí le dejo porque ya me dio sueño. Au revoir!

jueves, 13 de octubre de 2011

Aurora


Descendí del titánico transbordador al sonido de la agradable música, una ópera desconocida, que era el aviso de aterrizaje para los pasajeros. Habíamos llegado a nuestro destino, la Tierra. -Al fin la increíble y hermosa Tierra- me dije.

Hacía no menos de una hora que el estrellado firmamento, la luminosa esfera solar y la gigantesca luna del planeta parecían totalmente alcanzables si deslizaba mi mano por la ventanilla. Ahora pisando Tierra parecían tan lejanas.

Quedé absorto ante el paisaje mientras bajaba por la escalinata, las montañas nevadas, las nubes tan bajas y los bosques repletos de árboles gigantescos, era un escenario mágico... el frío que se sentía y el vapor que exhalábamos realzaba el misticismo del lugar.

-¿Puedes creer que no hace ni diez años era un lugar enfermo, totalmente contaminado, con las nubes y la nieve negras por el humo?- Decía un señor grande y fuerte a su hijo,que se encontraba a mi lado.

-Menos mal que se pudo hacer algo para salvar ésta región, además los pocos nativos sobrevivientes, que estaban aislados, han mejorado su calidad de vida.- Dijo un anciano, que se anexó a la conversación de ese momento.

Yo solo escuchaba, no me atrevía a hablar, como si mis palabras pudiesen derretir la nieve de las montañas o ennegrecer la nieve.Estaba fascinado, el lugar era aún mejor de lo imaginado en mi infancia.

Al fin me atreví a hablar y anexarme a la conversación de aquellos señores.

-Yo siempre soñé con venir a éste mágico lugar- les dije y continué sin importarme si escuchaban o no. -Desde niño... sin embargo... el escenario que venimos a presenciar señores...- El anciano me interrumpió.

-¡La aurora boreal!¡Las luces del norte!

-Así es señor, por eso estoy aquí, para cumplir mi promesa.

-¡Cuéntanos!- inquirieron el anciano y el señor grande y fuerte al mismo tiempo, y mientras nos conducían al hotel me dispuse a contarles.

Hace tiempo, cuando era un pequeño, solía quedarme solo en casa durante mucho tiempo, mi madre trabajaba pese al buen sueldo que le enviaba mi padre. Ella decía que trabajaba para así ahorrar el dinero y poder construir un buen recinto destinado al turismo, aquí, en la nueva colonia.
En aquellos tiempos, yo no comprendía nada sobre la guerra y las colonias, no entendía cual era la importancia, así que un día le envié a mi padre un mensaje pidiéndole fotografías de los lugares de la colonia donde el había estado.
Al poco tiempo recibí una incontable cantidad de fotografías de las selvas, el mar, los desiertos, las ruinosas ciudades humanas y había una, en especial que decía: "Pero el sueño más grande que tengo es que puedas venir a disfrutar la aurora". y mostraba interminablemente, minuto a minuto las mágicas ondulaciones de las luces...
Papá murió en combate, cuando los humanos descubrieron la forma de evenenarnos a través del aire y recuperaron numerosos territorios, mamá quedó desconsolada y al poco tiempo se suicidó. No obstante mi único recuerdo de ellos está anclado al extraño fenómeno.

Recuerdo también que papá me contó que los humanos de estas tierras, altos, fornidos y pálidos, muy diferentes de los del resto, decían que sus ancestros tenían una leyenda sobre las luces:

Los hombres que habitaban en éstas tierras, peleaban entre sí por el escaso alimento y cobijo, luchaban todo el tiempo entre tribus vecinas para lograr el agrado de sus dioses, quienes les fomentaban el hábito de la pelea y así les proveían de los rebaños que tanto requerían para su alimento; además existían una extraña corte de mujeres celestiales guerreras que se dedicaban a sanar a los heridos y muertos en batalla, vestían con sus armaduras doradas y plateadas, montando sobre enormes bestias blancas, rápidas y ágiles, siempre prestas a sanar a los guerreros, es por eso que la luz, al rebotar sobre sus armaduras, se descompone en la hermosa gama de colores.

A nuestra llegada al hotel, vimos nuestros primeros humanos, eran animales un tanto extraños, solo con cuatro extremidades, sin gran cantidad de pelo y bastante encleques, pero con mirada profunda, indescriptiblemente perturbadora. Pedían limosna algunos, otros eran esclavos de servidumbre.

-Increible que ellos hayan gobernado y casi destruido su propio planeta- dijo el anciano

Después del alojamiento me dispuse a salir al lago, el mejor lugar para esperar las luces del norte, quedé dormido sobre la pequeña barcaza y al despertar, las luces brillaban en lo alto.
Un pescador que pasaba cercano mío me dijo-Tiene mucha suerte jóven, esas luces no habían brillado tanto desde que he estado aquí-.



Nota: Entíendase por nativo a los animales y plantas y no a los humanos.