Es curioso que recuerde aquél día tan bien, quizá de alguna forma, presentía que los intrincados y misteriosos hilos de mi destino finamente tejidos con quien sabe que fortuna, se entrelazarían de una aberrante y extraña manera con aquella simpática chica.
La verdad es que no le hablé, su belleza me deslumbró y me dejó sin habla por espacio de cuatro... quizá siete segundos, que eternos o cortos, aún no lo sé, fueron como pura iluminación divina; mejor sensación tuve al recibir una mirada suya como respuesta a la mía,que... si bien nerviosa, fue lo bastante agradable para decirme con el pensamiento:YEAH!
Y justo estaba en eso cuando un sujeto que corría en dirección hacia ella con un vaso de café... no tardó en arruinar aquél momento. Consideré que sería desagradable que su cerebro a la hora de recordar mi rostro en una ocasión próxima, lo relacionase con aquél momento y desaparecí.
Muy bien aquí le dejo porque ya me dio sueño. Au revoir!
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