Inicio mi primer cuento largo. Va así...
Veíanse más de cuatrocientos individuos en larga fila picando en la cantera, todos al mismo paso formando un solo sonido, en vano tanto ponían aquellos tanto coraje, sus acciones demostraban coraje pero su mirada miseria, ya nada intentaban a las cadenas, sabían que de cualquier forma no podrían salir de aquella roca más que a nado o a vuelo y ningún esclavo mantenía aún sus alas. Los capataces se miraban entre sí de manera orgullosa y con una sonrisa satisfactoria, el objetivo había sido cumplido antes del lapso esperado, sin duda serían bonificados y ya se saboreaban los placeres ganados a costa del trabajo de sus muchos esclavos.
De un momento a otro entre la niebla resonó un zumbido que cada vez fue acercándose más y más, invitados no esperados habían llegado... los Woof. Ladrones de rocas preciosas.
Los miserables esclavos miraron al cielo y al punto los capataces advirtieron de los castigos, habrían de morir enmedio de la batalla pero sin detener su extracción. Se oyó -¡A las armas! y pronto todos los soldados corrieron entregando algún viejo ballestín o algún alif. Desde el cielo iniciaría la batalla, a lluvia de venenosos dardos, en la isla no se tenía mucha cubierta y las armas eran muy pocas. Los Woof tenían asegurada la victoria.
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