Locura de mi alma, soberbia de mi vida

¿Sólo ésto es lo que somos?

¿Sólo ésto es lo que somos?
¡No para mi!
¡¡Somos ADN, sí, pero somos una organización genética distinta, un conjunto de moléculas en un órden específico y medida para poder ser nosotros, un contexto, un ambiente, una armonía, una vida!!

Somos parecidos pero con una diferencia infinitesimal entre cada humano de 2^8000 y luego a contar las demás especies...
Estas diferencias son tan hermosas... por eso estudio Biología y escribo Poesía.

Las bases científicas de lo que arriba afirmo, las pondré en una entrada posteriormente.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Elixir de reyes


-¿A dónde vamos papá?
-Ahh... te lo he dicho como un millón de veces, iremos a la Tierra
-¿Y cómo es allá?
-Pues como te dije las mil millones de veces anteriores, es un planeta azul, el tercero que orb...
-..ita una estrella amarilla llamada Sol,  y tiene un gran satélite natural llamado Luna.
-¿Ves? Te lo sabes de memoria ¿Porqué insistes en hacerme repetir? Sujeta bien tu equipaje.
-Es que no me imagino como es allá... No imagino la noche, no puedo imaginar que el cielo se obscurezca, no imagino la Luna, no imagino el cielo azul, no imagino el Sol, no imagino tantas cosas... Me da un poco de miedo.
-Descuida, dicen que es un planeta hermoso, abundante en vida, muy distinto a nuestro hogar, pero se que nos encantará; no olvides nada, estamos por abordar.

-Papá ¿Quién descubrió la Tierra?
-No recuerdo el nombre... Es una historia algo vieja, mi abuelo me solía contar que fue un piloto espacial que estaba triste, estaba muy triste porque temía morir, un día tomó su nave y decidió navegar hasta los confines del universo, (o de la galaxia, más bien) quería saber como evitar que transcurriera el tiempo, quería conseguir la inmortalidad, quería ser eterno.
En su travesía, vio muchas estrellas con sus planetas, las conocía bien, cuando pasó por la gigante roja Irkalla, visitó a los sabios Ninhursags, pero no le supieron responder a su pregunta: ¿Cómo conseguir la inmortalidad? prosiguió cercano a la estrella Atrahasis donde se encuentra el planeta de los salvajes Elish,  siguió más allá del límite conocido en aquella época, se desvió del eje de la espiral justo donde está el sistema binario aislado, siguió sin rumbo fijo, escuchó por primera vez las estrellas que cantan, ahí donde los asteroides hacen crujir las naves de los incautos que permanecen mucho tiempo escuchando.

Su nave fue dañada por los asteroides, pero ni aún así su curiosidad se vio aminorada, ya no quería la inmortalidad, quería encontrar nuevas maravillas, presentía que había una joya escondida...
Tres ciclos estuvo encerrado, en la obscuridad del espacio... cuando un día descubrió la luz amarilla de una estrella, una estrella tan rara... y unos planetas gigantes de gas girando alrededor.

Otros tres ciclos le tomó llegar a esos gigantes, cuando notó en el detector algo que le llamó la atención, como una muralla, un cinturón de asteroides rodeaban cuatro pequeños planetas sólidos y a la estrella.
Pensó que la colocación de esos asteroides era obra de alguna inteligencia aún no descubierta, una inteligencia no conocida que ponía ahí los asteroides a manera de defensa.

Pasó el cinturón y descubrió casi frente a él a un singular planeta, que tenía por satélite a otro un poco más pequeño...la Luna, y el planeta principal era azul, blanco, verde... el satélite era blanco.

Llegó hasta allá, se presentó ante los diminutos terrícolas y los hizo sus amigos, luego de eso partió para informar de su descubrimiento. Pero cuando regresamos con nuestras naves y tecnología, los terrícolas ya habían casi desaparecido a causa de las guerras. Se extinguieron... los pocos que fueron encontrados, estaban muy enfermos o viejos y poco nos pudieron revelar sobre sus secretos de su enigmática cultura.
Sin embargo, el planeta se recuperó pronto gracias a nuestra tecnología y aunque no pudimos revivir a los terrícolas, muchas formas de vida fueron restablecidas.

-¡Me agrada mucho esa historia papá!
-Sí, a mi también.

-Oye papá... ¿Qué es sangre-humana?
- No lo sé hija ¿Porqué?

-Es que en la revista que está sobre mi asiento dice: "Al llegar a la Tierra no puedes dejar de probar la sangre humana, un elixir de reyes"

-Mmm... elixir de reyes, suena bien, llegando a la Tierra iremos a probarla, por ahora duerme, aún falta un largo trecho, te despertaré cuando lleguemos a las estrellas que cantan.




lunes, 7 de noviembre de 2011

Recuerdo


Un joven, tiene en sus manos una pluma, bebe café escribe y lee, hace todo a la vez, pero no se concentra...
A su costado hay dos personas, una pareja, hombre y mujer jóvenes. Él recargado en la pared, admirando la belleza de su compañera, escuchando en silencio, mientras contempla los ojos expresivos de su amada.
Ella habla, mueve las manos, hace ademanes, gestos, a veces con furia, a veces con ternura, tiene una mezcla increíble de emociones, está enojada y feliz, enamorada y triste, ahora grita y luego corre. Ella, mientras habla, establece las condiciones del juego, con la mirada le dice al tipo de enfrente "no te sobrepases" mientras con la voz le susurra al oído "respétame".

El tipo de enfrente sigue absorto en los ojos de su compañera, le ama, sabe que ella también lo ama, sabe que cualesquiera que sean las condiciones él ha ganado, él será feliz, él podrá amarla al fin.

El joven que está con su café, con su libro y con su pluma, desea no estar ahí, no puede huir, tiene que soportarlo, intenta no mirar de reojo a la pareja, no importa que la ame a ella, en vano intenta seguir escribiendo, volver a leer. Aún inútilmente intenta convencerse que existirá otra oportunidad, sabe que la ha perdido, su mujer ideal está irónicamente a su lado y muy lejos de su alcance.

El joven tiene la vista fija en un punto lejano, pero sigue mirando de reojo a la chica que tiene a su lado; no pone atención a lo que ella dice, escucha el tono de su voz, quisiera ser la inspiración de ese tono enamorado; no le interesa lo que ella tome con sus manos, quisiera ser quien recibiera caricias de esas manos...

Recuerdo bien a aquél pobre y triste joven, lo recuerdo perfectamente bien... Era yo.