¿Pos que te puedo decir? Si tú tuviste la culpa... Yo jamás te di motivo. No voy a dispensarme por lo que hice porque ya te dije que tú tuviste la culpa, solo te voy a platicar como es que miro yo las cosas. Para que allá donde tengas que rendir cuentas no digas que no tuviste culpa. De todas formas no me importa lo que allá diosito en el cielo pueda decir, yo sé que tú tuviste la culpa.
Es que tú tuviste la culpa, yo no te di motivo, nomás que soy borracho y así aceptaste casarte conmigo, si bien que sabías. No soy perfecto, eso nomás diosito, los ángeles y los santos, porque ni la virgen madre de Dios. Pero yo soy trabajador ¿o no? ¿no a las cinco ya estoy en camino al campo? ¿a ver, quién de la gente del pueblo empieza tan temprano con la faena del campo? Si todos empiezan a las seis, a las cinco yo ya estoy en camino.
Es verdad tampoco tengo mucho dinero, si el trabajo del campo no deja, pero tu así aceptaste. Te casaste con un pobre, si bien que sabías, si por eso tu papá no te quería dejar casar conmigo, porque el tal Rufino le daba a tu papá dos caballos nomás por que te casara con él. Y a tu papá bien que le iban a servir esos caballos pos uno se lo iba a heredar a tu hermano que recién se casó, pero tu te viniste conmigo, quesque porque me amabas y no aceptaste y por eso ese domingo en la madrugada nos escapamos ¿te acuerdas? Entonces sabías que siempre ibamos a ser pobres, tú aceptaste, de nada podías quejarte.
Sí, te casaste con un pobre y con un borracho, pero también con un hombre honesto, trabajador... Nunca te di motivo, no se si una vez entendiste que te ibas a casar con un hombre que no era perfecto, pero ese hombre por muchos defectos que tenga no es tonto y tú traste de humillarlo, de burlarte de mí sin que yo jamás te diera motivo.
Si nomás tenía ojos para tí y bien sabes que no soy celoso, a lo mejor eso es lo que querías, a lo mejor querías que cuando llegara borracho también te dijera groserías y te maltratara, ansina como hacen muchos otros hombres que golpeyan a sus mujeres. ¿Eso querías Cleta? No... si yo se que eso esta mal, porque diosito dijo que a la mujer había que proteger y quererla, si nunca dijo que les pegaran es porque segurito que está mal.
Tú te lo buscaste, si fue por propia mano, tu solita te fuiste a meter de piruja, nadie te mandó, si yo no te dí motivo, tu fuiste sola.Si crees que me hacías tonto... pero no... si luego luego me enteré de los rumores, lo decía la gente del pueblo, pero pos... Al principio dije que eran chismes para hacerte daño, de esas mujeres brujas que nomás andan viendo a ver que ganan. Si tu eras rebonita, creí que las viejas esas nomás decían porque tenían envidia...
Tu tuviste la culpa... pos porque además ese día me hicistes enojar ¿no es cierto? Si yo ya me iba con mis amigos ahí a la pulcata nomás ¿A poco no me dijiste que el machete ya no tenía filo? y me lo diste en la mano para que fuera a sacarle filo. Tonta... si hubieras sabido nunca me lo hubieras dado; No sé como se te hizo fácil ese día meter a uno de tus amantes sin dejar la puerta atrancada ni apagar las luces, seguro te llegó de rápido...
Y para tu mala suerte yo no venía tan borracho, si hasta me regresé por el machete... "Pa' que la Cleta no se me fuera a enojar"... Pero mira como resultó que a tu amante del primer machetazo quedó.... pos como no, si le partí la cabeza como a un coco... ni se pudo defender el pobre, ahí quedó tirado nomás... colorado quedó el petate.
Y tú... ya te ibas corriendo... saliste a la calle así sin ropa... tonta con las puras naguas, en el camino cuando te iba persiguiendo agarré una piedra.... y pos... como tengo buen tino... ahí merito te descalabré... luego te llevé arrastrando de los cabellos... gritabas y llorabas pidiendo perdón, la gente ni se asomó, de seguro todos pensaban que un día iba a pasar. Recuerdo que te aventé ahí en el petate ya colorado por la sangre y luego de decirte "Adios" te pegué un machetazo en el cuello...
Me dolió mucho, créeme, Dios sabe, pero mi honor de hombre va primero, no había de otra, ese era el castigo, te quería mucho pero tú tuviste la culpa, tú te lo buscaste.
lunes, 20 de junio de 2011
sábado, 4 de junio de 2011
Prado Alegre
El día de aquel extraño suceso había sido el día más amargo de toda mi vida, la hermosísima Laura de quien había quedado prendado por muchos años estaba por contraer nupcias con mi más odiado rival…
Ella nunca accedió a mis ruegos, despreció todos mis intentos y al haberme enterado de sus futuras nupcias, había decidido saltar sobre las afiladas rocas donde se ubica el faro.
Ella nunca accedió a mis ruegos, despreció todos mis intentos y al haberme enterado de sus futuras nupcias, había decidido saltar sobre las afiladas rocas donde se ubica el faro.
Mientras caminaba descalzo por la arena de la bahía y miraba la redonda y blanca luna llena que justamente reposaba detrás del faro, iba suspirando al compás que marcaban las olas, miraba la luna, el faro, las rocas…
Pensé si sería mejor subir a la punta del faro o solo saltar desde la base hacia las rocas… Todo dependía si quería que reconociesen mi rostro o solo lo imaginaran que fui yo al hallar algunos trozos de mi inanimado cuerpo. Quizá si aún identificaban mi cara, la ingrata amada sentiría algún remordimiento y lloraría amargamente la pérdida de su más ferviente admirador.
Pensé si sería mejor subir a la punta del faro o solo saltar desde la base hacia las rocas… Todo dependía si quería que reconociesen mi rostro o solo lo imaginaran que fui yo al hallar algunos trozos de mi inanimado cuerpo. Quizá si aún identificaban mi cara, la ingrata amada sentiría algún remordimiento y lloraría amargamente la pérdida de su más ferviente admirador.
Cuando estuve lo suficientemente cerca de las rocas y divisé la escalera de cemento que subía hasta el faro, me puse de rodillas, junté las manos, cerré los ojos y llamando a Dios Nuestro Señor imploré alguna razón para salvar mi vida… Fue entonces que mi súplica fue respondida.
Un grito desgarrador me erizó la piel, haciendo al mismo tiempo que abriera los ojos y saltara de un golpe… el grito provenía desde las aguas, era una mujer aferrada a un mástil, que habiendo visto mi figura, depositó todas sus fuerzas en aquél horrible grito de ultratumba.
Sin pensar siquiera que fuese la señal implorada a Dios, me arrojé al agua dispuesto a salvarla. Logré arrastrarla como pude hasta la playa y esperé a que se recuperase ahí tumbada en la arena.
-Gracias buen mozo- dijo débilmente la figura femenina - por rescatar a ésta imprudente dama que creyendo no tener ningún porvenir en la vida, se arrojó al mar… y al caer se arrepintió.
Mientras la dama hablaba comencé a notar la rareza de aquella mujer. Irradiaba una extraña palidez acentuada por la luz de la luna, era una palidez extraña, fascinante, hermosa e intimidante.
La miré un tiempo en el más profundo silencio como intentando adivinar los misterios de aquella extraña mujer. Ella volteó y me sonrió luego me abrazó dándome las gracias… Estaba seca.
Mientras me abrazaba, un escalofrío se apoderó de mi cuerpo, sentí como si el viento más frío me rodeara, como si una tristeza enorme me fatigara, sentí gran sueño y al final me dieron ganas de llorar. Mientras estaba paralizado por ésta sensación me dijo al oído: -Hoy tú te salvaste salvándome a mí, nuestro destino estaba escrito, ahora vive, busca la felicidad y no pienses en cometer otra vez el mismo error.-
Desperté luego de un rato como de un profundo sueño, la marea había subido al punto máximo, el agua mojaba ya mi espalda. Me levanté buscando en vano a la misteriosa mujer, caminé hasta mi hamaca y me tumbé pensando en las palabras de la mujer, intentando adivinar su origen y solo conseguí recordar la extraña palidez y su vestido celeste.
Me despertó Julián, era ya muy tarde, cercano al medio día… entró gritando: Encontraron el cadáver intacto de una tal marquesa que se arrojó a las rocas donde existe ahora el faro, dicen que fue hace muchos años, que se arrojó y nunca encontraron el cuerpo, dejó una carta aclarando que fue por desamor… toda la gente habla de eso, incluso traía consigo su vestido con el que se le vio por ultima vez camino a la playa. Estaba en la arena como si alguien la hubiese sacado a nado.
Tuve ganas de gritar, de correr desesperadamente y de contarle a mi hermano lo que me había pasado en la noche, pero solo me limité a pedir un trago de ron porque hacía demasiado calor.
sábado, 28 de mayo de 2011
El caballito
Inicio mi primer cuento largo. Va así...
Veíanse más de cuatrocientos individuos en larga fila picando en la cantera, todos al mismo paso formando un solo sonido, en vano tanto ponían aquellos tanto coraje, sus acciones demostraban coraje pero su mirada miseria, ya nada intentaban a las cadenas, sabían que de cualquier forma no podrían salir de aquella roca más que a nado o a vuelo y ningún esclavo mantenía aún sus alas. Los capataces se miraban entre sí de manera orgullosa y con una sonrisa satisfactoria, el objetivo había sido cumplido antes del lapso esperado, sin duda serían bonificados y ya se saboreaban los placeres ganados a costa del trabajo de sus muchos esclavos.
De un momento a otro entre la niebla resonó un zumbido que cada vez fue acercándose más y más, invitados no esperados habían llegado... los Woof. Ladrones de rocas preciosas.
Los miserables esclavos miraron al cielo y al punto los capataces advirtieron de los castigos, habrían de morir enmedio de la batalla pero sin detener su extracción. Se oyó -¡A las armas! y pronto todos los soldados corrieron entregando algún viejo ballestín o algún alif. Desde el cielo iniciaría la batalla, a lluvia de venenosos dardos, en la isla no se tenía mucha cubierta y las armas eran muy pocas. Los Woof tenían asegurada la victoria.
Veíanse más de cuatrocientos individuos en larga fila picando en la cantera, todos al mismo paso formando un solo sonido, en vano tanto ponían aquellos tanto coraje, sus acciones demostraban coraje pero su mirada miseria, ya nada intentaban a las cadenas, sabían que de cualquier forma no podrían salir de aquella roca más que a nado o a vuelo y ningún esclavo mantenía aún sus alas. Los capataces se miraban entre sí de manera orgullosa y con una sonrisa satisfactoria, el objetivo había sido cumplido antes del lapso esperado, sin duda serían bonificados y ya se saboreaban los placeres ganados a costa del trabajo de sus muchos esclavos.
De un momento a otro entre la niebla resonó un zumbido que cada vez fue acercándose más y más, invitados no esperados habían llegado... los Woof. Ladrones de rocas preciosas.
Los miserables esclavos miraron al cielo y al punto los capataces advirtieron de los castigos, habrían de morir enmedio de la batalla pero sin detener su extracción. Se oyó -¡A las armas! y pronto todos los soldados corrieron entregando algún viejo ballestín o algún alif. Desde el cielo iniciaría la batalla, a lluvia de venenosos dardos, en la isla no se tenía mucha cubierta y las armas eran muy pocas. Los Woof tenían asegurada la victoria.
lunes, 16 de mayo de 2011
Poema...
Es un mal poema, pero a fin de cuentas es un poema. Hace mucho que no escribo poemas así que ud comprenderán.
Leonardo Téllez - Marqués de Prado Alegre
Quiero ser el hombro en que recargas tu cabeza
Para escuchar y borrar todas tus tristezas
Quiero ser el canto de un canario enamorado
Para que suspires con la belleza de mi canto
Quiero ser tus sueños y tus fantasías
Para llenar tu vida de dulces alegrías
Quiero ser las coloridas alas de una mariposa
Que llenan tus pensamientos de un color rosa
Quiero ser el beso que te obsequio en una flor
Para regalarte una probada de mi amor.
viernes, 18 de marzo de 2011
Poema a la Cerveza
Es bien conocido por todos (o casi todos) que una vez hice un poema al café, bueno ahora decidí hacerlo a la cerveza.
Es linda rubia pretenciosa
Es la mujer esperada
De besos embriagantes
Amargos, pero acompañantes
Mártir que sufres con tu vida
A mi inspirarme de alegría
Del mal de amores disipadora
De malos momentos abrigadora
Cerveza que traes alivio
¡Milagros vestidos en vidrio!
Cerveza que inspira y arrulla
Helada pero avivadora de llamas
¡La posesión más preciada de un bebedor!
lunes, 7 de marzo de 2011
Víctima de la primavera
Víctima de la Primavera
Acababa de bajar la horda salvaje que siempre baja en Ferrería, el vagón se veía amplio e incluso vacío pese a que no había asientos disponibles; busqué el rincón junto a la puerta y me recargué.
Se cerraron las puertas y fue como realmente me percaté de aquella chica que estaba frente a mi recargada en la puerta contraria, era una chica bonita, sonreí al verla y seguí cantando: Eu quero ser seu travesseiro e ter a note inteira para ti beijar durante o tempo que voce durmir.
Suéter rosa, cabello castaño cobrizo y una cara de muñequita sin ser pálida, de nuevo pensé lo genial que sería tener cámara fotográfica incluida en mis anteojos y llegamos a la siguiente estación. Miraba la publicidad solo por ver cualquier cosa, terminó Cama e mesa y comenzó a sonar No dejes que; la hora 6:56 am y aún bastante lejos de llegar a la facultad, suspiré y miré a mi alrededor.
Distraídamente volví a mirar a aquella chica, una vez más lamenté no tener una cámara fotográfica, la escena era genial: una chica desconocida sonriendo con la cabeza inclinada hacia su derecha mientras jugueteaba con su cabello y se mordía las uñas de la otra mano… 6:59 am, el tren sin alguna disposición de movimiento, realmente había quedado absorto tanto tiempo mirando aquella mujer que habían pasado volando cerca de 3 minutos, consideré que probablemente podría incomodarse con mi mirada por lo que sonreí y giré la cabeza.
No pude no mirarla así que miré de reojo hacia aquella dirección, nuevamente una pose tan sensual como la anterior, decidí que era mejor mirar por el reflejo que me ofrecía la puerta de mi costado (al fin habían cerrado las puertas y el tren comenzaba a avanzar) así no la incomodaría para nada a menos que se diera cuenta, pero fui yo quien se dio cuenta de algo.
Mientras yo miraba a otro lado donde ella consideraba que no podía verla, se asomaba un poco y sonreía hasta sentir que yo voltearía, así comenzó un divertido juego de miradas que duró hasta llegar a la terminal Rosario, donde ahora la miraba por el reflejo de su propia puerta mientras ya no esquivábamos las miradas.
La horda salvaje se apresuró a salir del tren para subir las escaleras y ahí la perdí de vista, supuse que no la volvería a ver y algo rápido pero sin correr me dirigí hacia el camión que va para la escuela. Mientras caminaba y recordaba las estrategias reproductivas de los quelicerados divisé la figura y colores de aquella linda mujer caminando hacia mi destino. Supuse que no era trascendente y rebasé sin mayor problema su andar y el de mucha gente más.
La fila de pasajeros estaba abordando ya el atascado camión así que abrió la puerta trasera para intentar subir cuando más 5 ; es aquí donde la chica hace su aparición maestra y yo a punto de abordar el último espacio disponible, sutilmente me hace a un lado con su mano y aborda ella…
Se cierra la puerta… solo sacudo las manos hacia abajo, aquella chica se voltea, queda de frente a mí, sonríe… se lleva la mano hacia la boca y me manda un beso, mi cara sigue siendo de incredulidad… y solo puedo pensar que ni con eso paga que se haya robado mi lugar, ella sonríe nuevamente como si dedujera mis pensamientos, el camión arranca, se pone un poco de labial rojo mientras me presume sus labios, y me vuelve a mandar un beso, posteriormente, cuando el camión inicia su desplazamiento la chica se despide de mi, se lleva la mano a sus labios y deja en el vidrio un poco de color rojo.
Es así como el día de hoy fui víctima de la primavera.
lunes, 17 de enero de 2011
La Martina
Basado en un sueño que tuve el 16 de Enero del 2011
-Mi general, capturamos uno de esos rebeldes, parece que se quedó a propósito de salvar sus compañeros.
-Lo fusilaremos mañana al medio día, éstos condenados indios tienen que saber que ahora las cosas han cambiado y que nosotros mandamos.
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-¡Por el amor de Dios déjela en paz, la Martina no tuvo la culpa, yo fui quien la desvió! Si es tan hombre pa’ golpear a su hija ¿verdá?… Pero a ver, póngase conmigo, maldito hijo de la…
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- Trabajo todo el día por tres pesos, uno con cincuenta céntimos me cuesta la casa donde vivo y lo demás para comer, pero hay compañeros que tienen familias que mantener, así no se puede vivir; o los güeros nos pagan más o tomamos las armas y peleamos contra ellos. Esos güeros ni trabajan la tierra y se quedan con todo ¿y a nosotros qué? ¡No señores, no! ¡La única solución es combatir al enemigo, a ésos que nos han hecho sus esclavos, a aquellos que nos han robado nuestras tierras y nuestra libertad! Hagamos algo mientras tengamos la oportunidá que luego estaremos bien muertos si no es por hambre por castigos.
Luego de eso me fui a verte allá en el campo santo del convento, fui a pedirte una bendición y entonces me dijiste la solución para dejarte de extrañar.
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-Te vas a recuperar, te lo prometo; agárrate fuerte, ya falta muy poco, nos iremos a donde nadie nos moleste… Ya casi llegamos donde los franciscos, ellos tienen remedios para todo…curarán tus piernas.
-… Gracias por la nieve de chocolate, sólo había probado la de limón una vez y tuve que darle la mitá a mis hermanos.
-No hables linda, guarda tus fuerzas, ya verás que pronto volveremos a comer tantas nieves como quieras, de muchos sabores… allá en nuestra casa nunca faltarán ningún postre ni los helados.
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-¡Mi general, yo quiero pelear! No me humille así teniendo que recuperar las armas y a los caídos.
-No siempre se puede pelear, salvar la vida de tus compañeros caídos y recuperar armas también es importante. Además todavía estas muy chamaco pa’ matar.
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-Esos güeritos… siempre quieren chingar, si no son los gringos vienen de quien sabe qué lugar… Eso de robar tierras así nomás porque tienen dinero y fusiles… esos güeritos no son buenos cristianos.
-Aquél señor ¿lo miras bien?
-¿El profesor?
-Ese mero, él sabe de dónde chingados vienen esos güeritos, hasta platica con ellos, invítale un trago de mezcal a ver qué puedes encontrar.
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-¿Sabes leer y escribir hijo?
-Si señor…
-Anota tu nombre ahí y tu firma aquí, luego pasa allá para que te enseñen algunas cosas básicas… Ah si, toma tu costal, no lo pierdas o te cobraremos.
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-Discúlpeme señorita, disculpe... Disculpe mi atrevimiento así nomás, soy nuevo en el pueblo… la he visto pasar desde mi ventana Usté lleva toda esa agua… yo la podría ayudar si así lo quiere.
-Yo también lo he visto señor, Usté vive en esa casa rosa que está cerca del pozo seco de camino del río.
-Ojalá fuera mía, la rento de la mitá de mi salario, yo vivía en la capital, recién que trabajo con los güerillos en la molienda de azúcar. Si Usté quiere puedo ayudarle a cargar el agua hasta su casa.
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-Esto hijo, se llama bayoneta, se coloca enfrente del fusil y cuando la munición se ha agotado se usa el fusil como una lanza, ensartando a todo aquél que se te ponga enfrente. Pero no cometas la estupidez de salir primero que todos, sólo úsala cuando sea necesario, de lo contrario lo único que ganarás es un plomazo.
Y me acompañaste a ésta maldita guerra ¿verdá Martina? Nunca te separaste ni por un momento de mí, siempre me acompañaste, para reconfortarme en mis momentos de más soledad y sufrimiento…
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-Hijo, yo sé porque siempre quieres pelear, porque siempre quieres ser el más osado, porque quieres terminar tu vida, pero sábete esto: si vives tu vida, honrarás a quien no puede estar contigo en éste momento, no apresures las cosas.
Pero tú Martina, me apresurabas, yo te decía que no, me decías que si te quería, tenía que hacerlo… intenté jalar el gatillo del revólver, pero mi cobardía me lo impidió y así me llamaste Martina, cobarde, ya no me decías cosas cariñosas, ya no me decías que me querías, me decías que era un cobarde, que habías hecho mal enamorarte de un cobarde.
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-¿Te gustan los caballos hijo?
-Sí mi general, siempre quise tener un caballo y correr por los caminos con él a todo galope.
-Veo que te gusta Simón, puedes quedártelo hijo, a ver si así se te levanta el ánimo que has tenido en éstos días, si sigues así caerás muerto un día.
Y era lo que tú y yo deseábamos ¿verdá Martina? Al menos al principio… Fue por eso que me metí al ejercito, nomás a morir… Pero luego, sentí que no era bueno, recuerdo como te enfureciste Martina, me dijiste que solo te había engañado, que yo no buscaba tu amor, que sólo quería embaucarte…
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-Vienen a caballo siete de esos güeritos y a pie como veinte de esos indios traidores, traen armas, es inútil pelear.
-Inútil eres tú Tomás, ya verás que sí se puede y a cuchillo limpio…
-No soy inútil, respeto mi vida, yo si quiero vivir Rivera.
-Por cierto, soy Francisco Rivera pa’ lo que se le ofrezca señorita.
-Yo me llamo Martina señor Francisco.
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-No siento las piernas… Panchito abrázame, llévame allá a la iglesia del convento, la que está cruzando el río, llévame, quiero confesarme…
-Te llevo, pero nada de confesarte, vas a estar bien, te vas a recuperar pronto y verás que recién te cures nos vamos a casar, trabajaré el doble en la molienda…
-Perdón por arruinarte tu nieve de rompope Panchito, perdóname, no sabía que mi Tata iba a salir así nomás…
Pero sangrabas mucho Martina, tus piernas eran fuentes de sangre, aluego te me pusiste flojita, te pusiste fría y te costaba respirar, yo te decía que todo iba a estar bien mientras pedía a Dios que te salvara…
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Mi único consuelo es que ya pronto te veré, en cuanto los plomos atraviesen mi cuerpo, estaremos abrazándonos otra vez,ésta para siempre…
-¿Tiene alguna petición el condenado a muerte?
-Cuiden bien a mi caballo Simón, fue un regalo de…
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